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TRES POEMAS DE YULEISY CRUZ LEZCANO

Yuleisy Cruz Lezcano

Escrito por Yuleisy Cruz Lezcano


Dedicado a Paula, de Isabel Allende


Leyendo Paula,

perdí en mí

la mortal que conoce 

momentos de aridez

cuando no está animada

por la poesía que ama

la negación de la muerte.

Viviendo en el dolor de vivir,

cada página era un tránsito irreal,

una agónica certeza de lo inevitable.

Y cuando todas las emociones creadas

se hicieron palpables,

me senté sobre el viento

y dejé que llenara las páginas.

Me sentí como el viento

empujada por el dolor que lleva

donde todo el aire está ausente,

donde va la mente

cuando falta el aire de Dios.

Regresando sentí una voz,

era la voz de Isabel que llamaba

"Paula, Paula!"

Entonces se me cayeron 

las escamas de los párpados,

mi ojo refractante de pez dejó el paso 

al ojo penetrado 

por el rayo del corazón

y lloré con ganas 

delante de la visión

de una hija que acariciaba 

la cabeza de su madre,

diciendo con voz angélica y suave

que el amor no puede morir.



 

“El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo”

Gabriel García Márquez


En la muerte de alguien

(Cien años de soledad) 


Está a flor de vista

el deslumbramiento del sol, 

muerde el llano

y un sueño americano

suspira de opuesta vida.

Mundo que muere y renace

escrito en Cien años de soledad.

Mundo sin otredad, 

vuelto en ondas por el viento.

En alas de sentimiento

habla el momento

para toda la muerte. 

Las palabras son rastro de oro

que deja la estrella errante,

y del mundo distante

aparece un mundo reciente, 

como un toque vibrante

llama en la mente

cosas todavía sin nombres, 

besos de dos que no saben

cuando podrán besarse

porque son de la misma familia. 

Por el sueño que exilia

el inquieto despertar, 

una hada no quiere cantar 

la historia de un niño 

con la cola de iguana

y dos familias, 

al dividir la misma sábana,

creen que es un mensaje del cielo, 

entre presagios y temores 

lamentan su parentesco

y por un extraño orden caballeresco

con una lanza escapa el muerto 

que desde el crepúsculo incierto

trae el fantasma de ecos perdidos 

que entre vagos sonidos

inyecta clavos de remordimiento, 

cuando con la herida al viento

cosecha en su cráneo florecido 

el infierno vivido. 

Entre los labios el hielo desprendido

habla de soledad como larga condena. 

El incesto es la cadena

que une el final de las lluvias a la muerte

del pueblo que se va vaciando, olvidando

su misma suerte 

con el mito de la memoria

de ojos que no pueden mirar, 

de cuentos que no conocen la historia 

del vuelo reflejado en el mar 

de una hada madrina que engaña el hombre, 

anunciando una muerte sin nombre. 



 

El camino de Juan Preciado

(inspirado a Pedro Páramo de Juan Rulfo) 


Camino hacia la Comala, 

en mis raíces sumergido, 

como un hombre que resiste al olvido, 

toco a cada paso espectrales sustancias, 

en busca de un padre 

consumo distancias

entre el "Edén eterno" 

que recordaba mi madre 

y la ciudad perdida que dejó mi padre. 

Veo almas que vagan en esta tierra quemada, 

me han dicho que mi padre está muerto

y junto a él se murió todo el pueblo. 

En esta ciudad no mía, 

vivió Pedro Páramo: hombre oscuro, 

de alegórica avidez humana. 

Fue un hombre que no tuvo espejos 

y se tragó su misma pobreza, 

cumpliendo el destino de asomarse

a la sucia empresa

de usar el poder para extinguir un pueblo. 

Este hombre, que no recuerdo, 

era mi padre, 

rico propietario de la hacienda Media Luna 

que hizo fortuna 

levantando voces de fantasmas, 

narraciones de difuntos, 

murmullos desde el pasado 

que caminan a mi lado, 

por estas calles donde no quedan lágrimas. 

El camino es una frontera invisible

y yo desagradecido asumo una verdad imposible 

en esta ciudad que se asemeja  a un sudario. 

No puedo sobornar al tiempo que camina, 

que se arrastra en el cuerpo 

como un soldado de la muerte, 

cumpliendo su oficio en las horas. 

Las horas se pierden 

en una marcha de polvo 

sobre el polvo enlutado 

que sacude la edad de las moscas, 

abrazadas a los fantasmas. 

Mi viaje sigue entre la vida y la muerte, 

exploro esta tierra ahora árida, 

donde mi padre muere mil veces. 

Mi padre muere viejo, solo y deshecho 

como una piedra que se desploma

en un mundo paralelo a estas calles. 

Y yo aquí, 

intento equilibrar el abismo de los años, 

sintiendo en la nuca

el aliento gélido del diablo, 

converso con los muertos, 

no sé si estoy vivo, 

he caminado demasiado 

para salvarme.



 

Imagen: Versión de @colectivofilopoiesis mediante IA "Dall-E" y Chat GPT 4o
Imagen: Versión de @colectivofilopoiesis mediante IA "Dall-E" y Chat GPT 4o



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