Escrito por Jaime Luis Huenún Villa
Aquí, bajo el nublado lucero del amanecer, yace tu primer amor. De él nunca supiste demasiado, ni su nombre verdadero ni la fecha pueril de su cumpleaños.
Conociste sin embargo a los hombres del villorrio que durmieron bajo el peso de su cuerpo en puentes y cuartuchos desclavados por el temporal.
Decir primer amor a unos huesos perdidos bajo tierra es decir nada. Tú no vienes a los altos cementerios a soñar o recordar.
Los amantes pronto olvidan que fundaron el mundo. Los amantes pronto olvidan la terca miseria de la tierra.
Como tú –sombra de paso- sólo aguardan la gracia del frío y el silencio mientras los grillos cantan entre las tumbas de la claridad.
(Foto de Álvaro de la Fuente. Cementerio williche de Quilacahuín)
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