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Daniela Garay

RESEÑA LIBRO. INTRODUCCIÓN AL ECOMUNITARISMO Y A LA EDUCACIÓN MEDIAMBIENTAL.

Reseña

INTRODUCCIÓN AL ECOMUNITARISMO Y A LA EDUCACIÓN MEDIAMBIENTAL, UNA LECTURA CHILENA DE LA OBRA DE SLV. José de la Fuente y Ricardo Salas, compiladores. Santiago, Ariadna Ediciones, 2021 (374 páginas)


Daniela Garay, profesora de castellano,

Magíster en literatura y arte,

candidata al doctorado.

Los organizadores de esta obra sobre el pensamiento ecomunitarista y pedagógico de Sirio López Velasco, recogen la importancia del pensamiento crítico en perspectiva planetaria y utópica para comenzar a imaginar una civilización poscapitalista.


En el homenaje participan los doctores José de la Fuente, quien presenta el ecomunitarismo y la obra literaria de Sirio López, agregando una secuencia de lecturas para los iniciados en esta filosofía. Pablo Salvat, aborda su ética y política como apuesta del ecomunitarismo. Ricardo Salas plantea los desafíos ecomunitaristas y una ética en territorios interétnicos. Y José María Aguirre, se refiere a los planteamientos liberadores del ecomunitarismo. La segunda parte de la obra contiene una selección de textos filosóficos, entre los cuales se destacan La tarea de Sísifo, Paradigmas emancipatorios del siglo XX, cinco directrices para la educación ecomunitarista y notas sobre la ética y el principio de vida, etc. En la tercera parte, se incluye una interesante selección de cartas del abuelo Sirio López a su nieto Sirio Lorenzo y un cuento titulado El primer amor. En el anexo bibliográfico, se entregan al lector libros y artículos recientes publicados accesibles en internet y una completa relación de consulta de toda la obra escrita y publicada de Sirio López, más una ficha biográfica de los participantes en este homenaje.


Es interesante y novedoso adentrarse en las tres normas éticas lopesianas sin las cuales cualquier ejercicio emancipador perdería validez: 1) Debo asegurar mi libertad de decisión, porque el que yo asegure mi libertad de decisión es condición de posibilidad de que yo me haga la pregunta ¿qué debo hacer? 2) Debo buscar consensualmente una respuesta a cada instancia de la pregunta ¿qué debo hacer?, porque el que yo busque consensualmente una respuesta a cada instancia de la pregunta ¿qué debo hacer? es condición de posibilidad de que la pregunta pueda tener éxito o cumplirse. Según el autor, esta norma confirma la primera en el sentido de que se debe trabajar y luchar por una organización comunitaria, en la que todas las personas sean lo más libres que sea posible en sus decisiones individuales consensualmente establecidas y las normas sean creadas y recreadas a cada instante mediante discusión argumentativa”[1]. 3) Debo preservar-regenerar una Naturaleza sana desde el punto de vista productivo porque el que yo preserve-regenere una naturaleza sana desde el punto de vista productivo es condición de que yo me haga la pregunta ¿qué debo hacer? López advierte el carácter utilitario que tendría esta tercera y última norma y considera que tal vez no sea la última palabra de la ética en relación con la preservación y regeneración de la Naturaleza humana y no humana. Posteriormente, para deducir la tercera norma sin salirse del universo del lenguaje, en el seno del cual ha deducido las dos primeras normas, López observa: a) que la ejecución feliz de la pregunta que instaura la Ética necesita que el ser humano tenga una constitución físico-mental sana que lo hacen apto para tal manejo del lenguaje, y b) que alteraciones en el medio ambiente (como radiaciones que afecten al feto) pueden privar al ser humano de esa salud físico-mental. De esos dos supuestos, López vuelve a deducir la tercera norma que nos exige preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana”.


Desprogramar una mente incoada por las lógicas mercantiles del siglo XXI, sorbiendo por todos los flancos posverdades e información invasiva y dirigida a plasmar una y otra vez lo más bajo del ser humano, con la finalidad de reconocerlo y apropiarlo, como parte del sistema que conformamos, se ha hecho un ejercicio de rebeldía peligroso y, por tanto, perseguido. Vivimos un pseudo naturalismo, narrado desde diversas focalizaciones, más o menos cómodas, pero parciales siempre, razón tal vez de dicha desconexión. Y las resistencias que surgen a medida se organiza la lectura en nuestro sistema de creencias, tiene que ver precisamente con estas comodidades. Es de esto, preliminarmente, de lo que Sirio López se hace cargo desde una propuesta utópica y ética que espero, en algún instante las generaciones venideras, se logre establecer como una forma de relacionarnos para alcanzar la liberación y humanización.

La filosofía de la liberación - Dussel primigeniamente - siembra el germen del que luego se encargarán los estudios coloniales, que oponen críticamente conceptos como los de poscolonialidad y giro decolonial, entendiendo que uno implica la superación del paradigma hegemónico en cada forma de vida y relación que exista sobre el planeta - utopía - mientras que su opuesto versa de una línea de reflexión que intenta, a través del discurso crítico y acciones concretas, establecer nuevas normas de convivencia bajo un paradigma epistémico que refuerce “la necesidad de desprendernos de tales ficciones naturalizadas por la matriz colonial de poder”, llevando el pensar decolonial del proyecto al proceso como lo afirman Mignolo y otros. El giro se está efectuando en contextos sociales y políticos de la América morena e india, con Chile como ejemplo de este gran esfuerzo y riesgo que implica trabajar a contra corriente con los antagonistas eternizados del maniqueísmo en boga y sus vetustos privilegios.


En López es posible encontrar un proyecto emancipatorio poscapitalista, logrado a base de la praxis utópica, sobre la cual no enuncia tiempos ni plazos y sobre el que no caben dudas conceptuales. López anuncia con certeza, casi como un presagio asimoviano, la desaparición total de un sistema absolutamente opresor, que divide a la sociedad mundial y la enemista con el único fin de mantener una organización social basada en la inequidad, en la que unos pocos deciden el devenir de muchos. De este modo, sociedades completas pululan alrededor de ejes sociales como la educación, sin reconocer que es dentro de ese mismo aparataje donde reside la peor de las intenciones: “Entre colonizador y colonizado solo hay lugar para el trabajo forzoso, para la intimidación, para la presión, para la policía, para el tributo, para el robo, para la violación, para la cultura impuesta, para el desprecio, para la desconfianza, para la morgue, para la presunción, para la grosería, para las elites descerebradas, para las masas envilecidas”.


Esta obra es una mixtura perfecta y caótica, un sincretismo de estilos, géneros y subgéneros (si es que aún existen en la teoría) que implica contextualizar no solo la sociedad actual, con sus personalidades múltiples, aciertos y desaciertos, sino que nos obliga a ir aún más allá de la línea temporal, (ucronía) y situarnos en instantes previos a la llegada del colono; comprender nuestra naturaleza amerindia, aprehenderla, apropiarla o escogerla luego de haber errado durante siglos. Cuando hablo de nosotros, me refiero exclusivamente al mismo sujeto presente en el clásico mito de Sísifo, condenado a transportar una enorme roca pendiente hacia la sima hasta verla caer, sin otro objetivo más que reiterar una y otra vez el mismo ejercicio. Desde esta épica infructuosa, es que López decide desdoblar su propia existencia, exponiendo una cronología de hechos vistos y vividos y que van dando cuenta de la madurez que obtiene este proyecto, entendiendo que la superación del capitalismo será “muchísimo más difícil de lo imaginado cuando triunfó la Revolución en Rusia; al punto de que hoy ningún país puede ser catalogado como socialista en los conceptos de Marx y del Che”. Las bases, por lo tanto, de este pensamiento crítico planetario y neoutópico, estarán en el ideario de estos activistas y pensadores, pero desarrollada bajo la integración de las nuevas formas tecnológicas, sociales, políticas, educativas, eróticas y sexuales, entre otras.


Pues bien, algún propósito práctico más que estético posee este desdoblamiento, ya que si en algún instante este mito es trágico lo es porque su protagonista cobra conciencia: “¿En qué consistiría, en efecto, su castigo si a cada paso le sostuviera la esperanza de conseguir su propósito? El obrero actual trabaja durante todos los días de su vida en las mismas tareas y ese destino no es menos absurdo” [2]. Somos parte de un ejército domado desde la cuna, dispuesto a defender el mismo sistema expuesto y analizado por Freire, conformado por opresores y oprimidos inacabadamente. Sirio López conjuga este relato social bajo la focalización cero que le ha permitido la experiencia vivida y no solo vista, se trata de un cambio de paradigma que no solo implica la acérrima y no siempre tan sólida creencia de quienes somos, sino que implica estudio, análisis y niveles inusuales de valentía.


Esta propuesta, establecida desde diversas aristas literarias e investigativas, se puede comprender, desde cierta desobediencia epistémica, bajo la cual desaprendamos normas fundamentales del capitalismo, que valida “el egoísmo individualista, la indiferencia recíproca y aún la violencia hacia otros”. Existe un enorme salto generacional en el pensamiento de Sirio López, una especie de prolepsis intelectual inesperada y que sitúa al Ecomunitarismo, en pleno terreno de lo utópico. A mi parecer, el autor logra concebir un nuevo tipo de historicidad que se acerca a un pensamiento crítico planetario, neoutópico y poscapitalista que nos obliga a aprehender el concepto de utopía no desde el déjà vu literario impuesto también por la ficción cotidiana, sino que desde un pensamiento categórico que nos permitirá avanzar y obtener dinamismo y estrategia para aspirar a una sociedad donde todos se realicen. La utopía ha dejado de ser un no lugar y se vuelve el lugar desde el cual se construye a sí misma a través de cada uno y una de nosotras: “Es el pueblo que inventa la discusión, que inventa la crítica. Mira al pasado, y crea la historia; mira al futuro y crea las utopías”.


Leer este homenaje Introducción al ecomunitarismo y a la educación ambiental. Una lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco, nos acerca a otras épicas sociales que nos constituyen, conformando nuestra historia: El Popol Vuh, El Capital, Freire, por solo nombrar algunas. A quien leemos posee, y no para sí, sino que para todos y todas, un acervo literario, crítico, estético y cultural, comparable con Zea, Roig, Dussel y Freire. Sin embargo, en Sirio López logro ver algunos elementos de ciencia ficción, que nos acercan a Asimov o Verne. Solo quisiera recordar que muchos de los presagios de ambos autores, hoy son parte de nuestra vida cotidiana y muchos de sus relatos se desdoblaron del plano de la ficción y la utopía para ser parte de nuestra historicidad.


Educativamente, también hay un llamado implícito a desobedecer. El pensamiento de López considera a la industria educativa como uno de los dispositivos de control más finamente gestionados: “La intención de las clases dominantes es controlar hasta la médula los procesos de reproducción ideológica, romper la unidad socio-cultural preexistente, paralelamente a la incorporación económica del grupo al capitalismo”. Es así como la concepción educativa de nuestro autor irrumpe en el continuo histórico, estableciendo un nuevo orden epistémico que remueve las bases de la educación bancarizada. Este ideario comparte líneas de pensamiento con la Pedagogía de la liberación freiriana y la Filosofía de la liberación dusseliana, pero profundizando en una praxis necesaria para lograr remover las bases del sistema. López sabe que la vieja pedagogía ya pasó y que la mera repetición de contenidos no es suficiente para una emancipación integral. Remover y reemplazar la estructura educativa implica hacerse cargo logísticamente de la solución a semejante conflicto y establecer una nueva propuesta organizativa en una sociedad planetaria sin fronteras, poscapitalista y completamente justa. Se trata de establecer un nuevo orden de pensamiento utópico, que sitúa en el pasado las viejas formas de acercarse a la igualdad, dignidad y justicia social y dentro del cual se incluyan ejes imprescindibles y hoy completamente ausentes en las mallas curriculares de cualquier programa de pedagogía, incluso de los forman a los maestros. Es imperioso, luego de las consecuencias ya padecidas en nuestro actual sistema de organización social, llevar un trato equitativo e igualitario con los niños y niñas y adolescentes en el sistema familiar y escolar, ya que estas carencias luego serán suplidas, obedeciendo las leyes de un capitalismo poco mencionado teóricamente, pero que Sayak Valencia logra reconocer, desmembrar y desnudar en su obra Capitalismo gore.

López suma a esta neoutopía pedagógica, una “erótica de libre disfrute del placer compartido, una educación ambiental problematizadora socialmente generalizada (que incorpora también una educación sexual liberadora), y una comunicación horizontal y simétrica basada en los recursos de internet y en medios comunitarios y públicos”. En lo personal, y como docente, sé que esta horizontalidad y simetría también debe establecerse como norma y constante en dinámicas de crianza, sea cual sea el contexto, ya que la desarticulación de estas aristas suelen ser el mayor error que como sociedad hemos cometido contra los niños, niñas y adolescentes. Aún no logro concebir que Chile esté pasando por un instante histórico tan relevante y emotivo políticamente, y que todos no sean partícipes activos en algún escaño. Por siglos la niñez y juventud se ha mantenido bajo el dañino ejercicio de la marginalización y programación capitalista, tatuándoles sus diferencias en cada prueba estandarizada que rinden. ¡Cuánta injusticia! Los docentes también hemos sido víctimas y victimarios en este entrenamiento de conciencias. Somos formados en universidades de diversas esferas socio-económicas, lo que nos distribuye dentro de campos laborales homólogos y ante los que debemos responder ciegamente para no perder la fuente laboral según nuestra precaria movilidad social.


Me agradó leer en esta obra - ya que es tema ignorado en cada texto de educación social y popular- que la “burocracia y elitismo de muchos docentes, excluyentes del pensamiento político juvenil, regimentadas por las reglas del juego de las clases privilegiadas y sus elitistas visiones de mundo”, son parte de este engranaje de injusticias eternas que ha llevado a dividir a la sociedad entre sujetos capaces e incapaces y, por tanto, dignos o no de merecimiento. Esta es una de las bases de la desigualdad.


“En el ecomunitarismo, no hay una lectura inocente ni neutral de la realidad”, lo que me conmovió positivamente. López articula y calcula cada paso de esta propuesta filosófica y nos entrega el mapa con el cual podemos - ¡sí, podemos! - llevarlo a cabo. No se trata de una reorganización, sino que de una anulación completa de lo que conocemos por sociedad y su sistema de distribución, derogando el capitalismo, el extractivismo, la religión y las formas de gobierno conocidas y reemplazarlos por un engranaje de roles individuales y comunitarios con base en la solidaridad, el respeto por la naturaleza humana y no humana, la espiritualidad y una organización política que otorgue real representatividad.


Esta obra entrega un pensamiento revolucionario novedoso, es otra lógica de reivindicación; se proyecta como la base ética para cualquier análisis crítico sobre la cultura mercantil en que vivimos ya adentrada en la tercera década del tercer milenio, estructuras sociales, institucionalidad, formas de gobierno, educación, derechos fundamentales y participación ciudadana y comunitaria. Se configura como una fuente bibliográfica obligada para analizar el sistema educativo chileno y latinoamericano, principalmente ahora que se forjan nuevas estrategias y normas de convivencia que se yerguen sólidas en la discusión actual de nuestras coyunturas políticas, ecológicas, educativas, comunicacionales y culturales.


En el pensamiento crítico planetario de Sirio López descansa, aún dentro de su obra escrita, el futuro de una nueva humanidad, consciente y colaborativa. Su obra constituye una resignificación del pensamiento utópico explicado históricamente, al hacerse cargo de cada esfera de las vivencias que se han visto secuestradas por las crisis no resueltas y manipulación mercantil de los medios, las estructuras e instituciones sociales. Luego de leer minuciosamente esta obra reunida, observo que un giro como este en nuestra dinámica de pensamiento, requiere de un intercambio de experiencias políticas y de lecturas que nos permita acceder a una praxis paulatina para asumir cambios reales. La educación es una de las puertas de entrada, modificando nuestras estrategias caóticas de enseñanza, propiciando y estimulando las cualidades libertarias que cada ser humano trae consigo desde el nacimiento hasta la vejez.


 

Puedes leer el libro completo acá, en nuestro perfil Scribd (Colectivo Filopóiesis):




 
 



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