Tantas palabras dando vueltas incluso en el silencio. Se nos pide que la entreguemos, que nazca desde la comunidad, que la escribamos. Nos piden escribir la primera palabra, esa palabra que hace parir a todas las otras.
En un círculo se encuentran las voces que describen mundos compartidos, mundos silenciados por el mercado y el desenfreno. Los mundos se entrelazan como vaho de fuego y buscan la palabra, esa palabra primera, esa palabra que dibuja todas las otras palabras. Esa palabra que levanta otras palabras, como un ejercicio matemático que va produciendo resultados. Una nueva palabra que aun no carga con culpas ni recriminaciones, una palabra creadora, una palabra autopoiética, una palabra parida, una palabra fertilizante, nunca la palabra final, ni la palabra a la defensiva.
La palabra primera, la primera palabra.
Nos piden la primera palabra como si esa palabra ya no hubiese sido dicha. Nos robaron la palabra y ahora no saben en donde la dejaron, se les volvió en su contra, esa palabra murió en sus manos y ahora tienen el descaro de pedirnos lo ya robado.
Hemos de creer, crear y criar una palabra nueva y primera. Una palabra que no puedan volver a robar ni a tergiversar. Se nos pide la primera palabra pero se traban los pasos de quienes los dan y se llena de imaginarios policiales los caminos que nos llevan a ella. Y son montañas, llanos y prados los que terminan en la playa de eso que llaman patria. Y de todos esos rincones vienen gentes a parir la primera palabra, esa palabra de la que son mensajeros, porque la primera palabra vive en cada una de nuestras bocas. La palabra primera escrita en primera persona plural como gesto de abrazo de las múltiples palabras que parirán esta palabra primera. Primera y nueva.
La primera palabra nace desde abajo, porque nace en el solsticio de invierno. Viene de la tierra a mostrarnos el buen vivir. Viene a apapacharnos a esos que la hemos llevado por siempre en la memoria.
Esa es la primera palabra, la palabra de la tierra, la palabra de nuestro hogar. ¿y quién es uno para faltarle el respeto a la madre? ¿ah?
La primera palabra será una hoja en los libros de estudio de nuestros nietes. Un recuerdo de algún día atrás, pero ahora es tiempo de la primera palabra, como florerito de mesa la reina, ahí está.
Yo creo que la primera palabra está siempre naciendo, es esa inspiración que tienen los poetas y los prosistas donde las palabras aparecen en cuanto le prestan atención y con eso viene una nueva mirada al mundo, se gatilla la perceción o la intuición! es mágica la palabra y está siempre naciendo.