Hay un fragor ecuménico en el pensamiento cuando extrema su condición
Una silenciosa fragilidad: nuestra precaria proporción de ínfimo fragmento
Es un ejercicio Incalculable de extensión y de refugios ignotos
Que arrullan el alma entre los inviernos de la nada y el nihilismo
El mundo se viste sin quererlo, por inercia de los días
Pero en verdad solo quiere desnudarse, revelar que no sabemos
Queremos asir el misterio para recorrerlo y sentirlo
No hace falta perder el aliento en entenderlo
Porque en ese ejercicio hay un peligro; despojamos las esencias.
Sé que hay voces que aguardan a que estemos listos para su concierto
Pero insistimos en hablar desmesuradamente y no abrazar los silencios que nos esperan
En las tiendas virtuales de palabras solo se exponen distancias de aquello
No demos el canto para los maestros edulcorados de tantas aplicaciones
¿O queremos hablarle a los mismos pocos de la historia?
La idea es encontrar esa llave diáfana de virtudes comunes en la sombra
Para caminar juntos, para caminar despiertos, para caminar iguales
Porque si finalmente nos hemos encontrado juntos buscando en lo que queda
Es porque necesitamos darnos la mano para religar lo que somos en silencio
Allí el absoluto nos recorre más allá de las razones y las ideas
Más allá de la historia, más allá de nuestras realidades
Más allá de las palabras que ya no alcanzaron a tocar el lamento del mundo
Hemos de detenernos en esta pausa (¿unilateral del universo?)
Bueno, desde allí solo hemos de tomarnos entre las socavadas ruinas citadinas
Para volver después desde una lucha abierta de sí mismos
Y concluir en esta lucha contra todo aquello que no fecunde la vida
¿Llevas la verdad entre tus manos de ensueño y de banderas?
Pero ¿sabes hasta donde alcanza tu disparo?
¿Te das cuenta que tu palabra es solo fragmento necesario?
Has leído esos libros que te calman pero sabes sin aceptarlo que nunca es suficiente
Solo nos queda unir nuestros desamparos, porque somos caminar bajo un mismo infierno
Déjame cantar mis profecías pero antes quiero escuchar tus ideas tus melodías
Son muchos los que quieren decir pero pocos los que escuchan con el alma desnudada
No hay infinito, no hay paraísos, no hay utopías ni verdades
Algunos solo están sobre otros para sostener el alma desde algo entre la angustia
Solo nos queda coaligar las voces en el único concierto para las generaciones del futuro
En un solo pensamiento que ciña y que ampare en su lecho nuestra sangre derramada
Tenemos el mismo llanto silencioso de pueblo en abandono
Pero creamos proyectando el mundo con la misma esperanza.
Foto autorizada por el autor
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